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Podría ser bastante provocador y nada productivo querer comparar estas dos películas pero ante la sobrevaloración de muchos sobre el contenido de The Avengers, es importante destacar porqué el Batman de Cristopher Nolan ni siquiera da pie para que lo quieran alinear al lado de una película que aunque sobresaliente en algunas cosas no deja de ser una mas palomitera intención de Hollywood.
Era muy difícil predecir el logro que Nolan tendría con su última tercera entrega del caballero oscuro. En la primera los ingredientes sicológicos de los personajes estaban servidos en la mesa y el planteamiento estético y estilistico de uno de los mejores directores de la ultima década traían consigo la alternativa de valorar mas secuelas de un personaje bastante inquietante como lo es este superheroe. Así que rompiendo contra todas las reglas que vaticinan sobre las segundas entregas, el Caballero Oscuro consigue adentrarnos de manera magistral a un mundo oscuro y personal de un personaje que lejos de su fuerza y voluntad por salvar la humanidad no deja de ser un humano mas que se pone a la altura de un espectador; sufre, tiene miedos, tiene pasado trágico, ama y no lo quieren, y lucha consigo mismo si es mejor ser malo que bueno, todas aquellas complejidades que asaltan al ser humano en la vida cotidiana, Nolan logra darle gran soltura y solvencia en una historia que cautivo a millones y que dejó grandes sumas a Hollywood porque lejos de mostrarse a un vacío Batman se logró darle una perfección humana y una credibilidad casi perfecta conjugada con villanos tan creibles y tan bien interpretados, tanto que heath Leger murió porque no superaba sacar de su mente a un Guasón completamente hipnotizante y espectacular al tiempo que tenebroso, tan lejos de aquel estilo visual y gótico pero surreal del Tim Burton de los ochentas.
Batman lejos de ser una película de acción es un icono más de la revelación del cine de una década perdida como lo son los comienzos de este siglo: Hollywood languidece ante la carencia de guiones y Nolan es ahora el rey midas, pues todo lo que escribe y hace le resulta todo una mina de oro, porque el tiene muy claro que el arte si se puede mezclar con lo comercial cuando hay voluntad y cuando la industria permite que los genios se desplieguen sin limitarlos. En Batman no hay oportunidad de no pensar porque aquí perfectamente el espectador se puede sumir al complejo mundo enmarañado de la percepción de la realidad en medio de los sueños oníricos de Nolan donde te puedes convertir desde un héroe hasta en un ladrón de sueños o en un ilusionista, tal como algún día este gran director nos mostró en excelentes filmes como Memento, The Prestige, inception o Insomnia. Todo un mundo impresionante que no tiene nada que envidiarle a la aventura taquillera de Los Vengadores.
Mientras que en Batman los defectos son casi imperceptibles en Los vengadores sobresalen por doquier. No obstante hay que enaltecer la labor que una industria de Hollywood ha tratado de no hacer que el cine comercial desfallezca, pues consigue en sus casi tres horas de metraje atrapar de algún modo sobrecargando un guión bastante pobre en un Iron Man que interpreta muy bien su papel a través del carismático Robert Downey Jr. Es que la pelicula de Iron Man habia funcionado bien de manera individual, porque si bien los dotes actorales de Downey le dan peso a ese personaje cómico y dramático al tiempo, los efectos visuales acompañaron a una historia que fue bastante agradecida con el espectador, algo que se tenía que aprovechar en la pelicula grupal pero de tan manera descarada dejándolo todo el peso narrativo a este solo personaje como si los otros solo fueran piezas secundaria o terciarias de los vacíos palomiteros de esta película Personajes sicologicamente pobres, planteamientos austeros, situaciones clichés, diálogos redundantes y efectos visuales que aunque buenos no son impresionantes. Claro una saga tan taquillera donde sólo se podría engordar las arcas de Marvel y otras, podría contratar a un director como Joss Whedon, sobresaliente sólo por dirigir Buffy la Caza vampiros y algunos capítulos de Glee, por lo que mayores expectativas no se podrían tener. Aun así, con toda esa estética marveliana que implica llevarla al cine y que bastante trabajo artístico les debió representar, la historia de los vengadores con todos sus inexistentes lados sicologicos y personajes títeres se puede lograr ver si el espectador no quiere rebelarse desde un plano mucho más pasivo y adentrarse a cosas que generen verdaderamente reflexión.
Por esta razón tratar de comparar estas dos historias es sencillamente una perdida de tiempo, no tanto porque la una sobresale en relación con la otra sino porque la segunda cinta no requiere ningún análisis ya que su objetivo no va mas allá de entretener y utilizar al espectador como objeto de lucro de las grandes empresas cinematográficas.